Por Alexandra Hayes, editora principal de creación de contenido de Thrive Global

Como trabajador de salud en el frente —ya sea auxiliar de salud a domicilio, trabajador social, trabajador de salud comunitaria, enfermero o médico— sabe que el estrés es parte de su trabajo y probablemente tenga estrategias que lo ayudan a controlarlo. Pero ante la actual crisis de salud, que no tiene precedente, es posible que su nivel de estrés se eleve incluso más ante la responsabilidad de ayudar en el frente. 

Si no se controla, el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunitario, producir desgaste y hacer que olvide la razón que lo llevó a hacer esta importante labor. Es imposible controlar mucho de lo que este virus conlleva, como la exposición al sufrimiento de otros o el número de pacientes que debe atender con los recursos que tiene, pero con las estrategias adecuadas, puede cambiar cómo reacciona ante estas situaciones angustiosas. 

El primer paso para reducir el estrés es poder detectar cuando llega a un nivel nocivo. Según un análisis de estudios publicado en 2019 en Stress Challenges and Immunity in Space, si cambiamos nuestra manera de evaluar el estrés podemos producir cambios en nuestra reacción a este. Por lo tanto, si logra darse cuenta cuando su estrés negativo está empezando a llegar a un nivel incontrolable, puede tomar medidas proactivas para cambiar de curso. 

Entre los indicios comunes del estrés excesivo están la incapacidad de relajarse cuando no está trabajando, la irritabilidad y la conducta beligerante, como también el aumento de conflictos, como culpar a los demás o aislarse, según la Dirección de Servicios de Salud Mental y contra la Farmacodependencia (Substance Abuse and Mental Health Services Administration o SAMHSA).

Si logra darse cuenta de que su nivel de estrés está llegando a un nivel dañino y toma medidas para cambiar de curso, puede mantener la integridad del sistema inmunitario, un escudo protector que debe mantener mientras atiende a su comunidad durante esta crisis. Según investigadores de Carnegie Mellon, cuando el nivel de cortisol aumenta mucho durante un tiempo prolongado (como cuando el estrés se acumula y no se controla), la capacidad del cuerpo de regular la inflamación disminuye, lo que a su vez debilita el sistema inmunitario. Según la Cleveland Clinic, el estrés también hace que disminuyan los linfocitos, los glóbulos blancos que combaten las infecciones, lo que nos pone en mayor peligro de contraer virus. 

Para ayudar a autodetectar el estrés excesivo, SAMHSA recomienda que hable con sus compañeros de equipo sobre sus conductas características y preguntarles a los demás sobre las suyas. Con frecuencia, los trabajadores de emergencia de dan más cuenta de las señales de estrés en otros que en sí mismos, por lo que tener un compañero o dos que lo ayuden con esa responsabilidad puede ayudarlo a mantenerse alerta. Luego, lo importante es que si su colega nota las conductas características y le recomienda recargar baterías, le haga caso. 

Para reponer energía no es necesario tomarse mucho tiempo libre. Es más, puede ser tan sencillo como respirar hondo una sola vez. Es un ejemplo de lo que en Thrive llamamos micropasos: medidas mínimas respaldadas por conocimientos científicos que usted puede empezar a tomar de inmediato para formar hábitos que le mejoran la vida considerablemente. En un par de minutos o menos, ya sea esté sumamente estresado o a punto de explotar por el estrés, puede optar por dar los siguientes micropasos (hay muchos más aquí) para sentirse más calmado y aumentar su resiliencia en este difícil momento. 

Identifique ahora mismo las principales conductas que caracterizan un alto nivel de estrés, para que recuerde cuándo debe recargar baterías. Aprender a prestar atención a su propia conducta es una manera importante de guiar sus microdescansos durante su jornada o turno. Entre los síntomas comunes están latidos acelerados, fuertes sentimientos negativos, dificultad para pensar claramente, riesgos innecesarios y conflictos. SAMHSA recomienda que cuando note esto haga una pausa breve para reponerse, de manera que pueda dar todo de sí al ayudar a otros.

Encuentre un compañero de trabajo que lo hace sentir seguro y trate de hablar con esta persona brevemente cada día. Puede ser un amigo, su supervisor o simplemente un colega cuya presencia lo tranquiliza. Cuando se sienta alterado o estresado, es importante hablar de sus emociones con alguien de confianza. 

Si se ha vuelto indiferente o incluso insensible a las personas o lo que sucede a su alrededor, haga una pausa y concéntrese en su respiración. Las recomendaciones sobre el covid-19 de la Dirección de Veteranos destacan la importancia de tomar descansos breves para recuperar la energía. Este tipo de meditación lo ayudará a recargar baterías para poder concentrarse en lo que puede controlar y promover la resiliencia y esperanza.

Si nota que se dice a sí mismo que no puede cuidarse, haga una pausa y opte por cambiar de parecer. No es nada egoísta atender sus necesidades básicas. Según las recomendaciones de SAMHSA, es esencial reconocer que su prioridad debe ser el control del estrés. Cambie su diálogo interno a frases como, “si me cuido un poquito, puedo dar lo mejor de mí al cuidar a mis pacientes”. 

Dedique unos minutos a recuperarse después de un momento difícil. En vez de atender de inmediato a su próximo paciente, salga a caminar brevemente o practique la respiración consciente durante unos minutos. Si decide tomar un tiempo breve para sí mismo, esto lo ayudará a ordenar sus ideas, recargar baterías y reponerse de cualquier desafío.

Haga clic aquí para obtener más información sobre las formas en que Thrive Global apoya a los trabajadores de salud al frente de la pandemia del coronavirus y averigüe cómo puede apoyar la causa con una donación en #FirstRespondersFirst.

Author(s)

  • Alexandra Hayes

    Content Director, Product & Brand, at Thrive

    Alexandra Hayes is a Content Director, Product & Brand, at Thrive. Prior to joining Thrive, she was a middle school reading teacher in Canarsie, Brooklyn.