En el lapso de unos pocos meses, el coronavirus se ha propagado a 188 países, el mismo, ha infectado a más de cuatro millones y medio de personas y se han perdido más de 300,000 vidas alrededor del mundo. Pero según las noticias, se puede pensar que las únicas medidas preventivas que podemos tomar son el distanciamiento social, usar mascarillas, lavarnos las manos regularmente y tratar de no tocarnos la cara.

Estas son, por supuesto, todas las medidas esenciales. Pero necesitamos continuar la conversación para dejar espacio a un aspecto crucial de la salud que ha recibido muy poca atención: una de las mejores cosas que podemos hacer para protegernos es fortalecer proactivamente nuestro sistema inmunológico.

Esto está bellamente capturado en The Lucky Years, por el Dr. David Agus (quien también es miembro de la junta directiva de Thrive): “Si arrojas fósforo encendido en un bosque húmedo y mojado, ¿qué sucede? Nada. Pero arroje ese mismo fósforo en un area seca que no ha visto lluvia en mucho tiempo, y pronto tendrá un fuego que se propagará rápidamente. La diferencia entre estos dos entornos, uno húmedo y mojado y otro seco y sediento, significa todo en términos de cómo responden a esa chispa”.

La metáfora del Dr. Agus es una forma elocuente de decir: la fortaleza de nuestro sistema inmunológico es muy importante en nuestra lucha contra la enfermedad. El ambiente interno que cultivamos realmente puede marcar la diferencia.

Como dice The Washington Post, “la gravedad de los síntomas depende en gran medida de la edad y el sistema inmunológico del paciente”. No hay nada que podamos hacer con nuestra edad. Y no hay nada que podamos hacer respecto a qué tan rápido se propaga el virus o hacia dónde va después. Pero hay mucho que podemos hacer para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Y, en un momento en que tanto está fuera de nuestro control, esto nos da cátedra.

Los primeros estudios del virus han demostrado que las personas con enfermedades preexistentes tienen más probabilidades de enfermarse y morir de la misma: “Para los ancianos y las personas con enfermedades cardíacas subyacentes, diabetes u otras condiciones, el coronavirus puede causar neumonía y provocar insuficiencia orgánica y la muerte.” Ilustra la diferencia entre los dos entornos que describe el Dr. Agus. (Poniéndolo en perspectiva, aproximadamente el 60% de los adultos estadounidenses tienen al menos una condición de salud subyacente, según Tom Frieden, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades).

Estos son algunos de los hábitos saludables más importantes que podemos agregar a nuestras vidas para construir protecciones que promuevan una respuesta inmune que se adapte a los desafíos. Estos, por supuesto, son hábitos que son muy importantes para nuestra salud en todo momento. Pero ahora hay una urgencia adicional para adoptarlos.

El dormir es tan importante para nuestros cuerpos como lo es para nuestras mentes. Por ejemplo, es posible que todavía no tengamos una cura para un resfriado común, pero sí sabemos cómo aumentar las probabilidades de contraer uno: no duermas. Investigadores de la Universidad de California, San Francisco y la Universidad Carnegie Mellon monitorearon el sueño de los participantes durante una semana. Los indiviuos del estudio recibieron gotas nasales que contenían el virus del resfriado común. Los que habían dormido menos de seis horas por noche la semana anterior tenían cuatro veces más probabilidades de contraer el resfriado en comparación con aquellos que dormían más de siete horas.

Otro estudio de la Universidad de Tübingen en Alemania encontró que el sueño le da al sistema inmunológico la oportunidad de reagruparse. Y un estudio de la Universidad de Washington Medicine descubrió que el sueño corto crónico cierra los programas involucrados en la respuesta inmune.

Y como lo explica el profesor de neurociencia Matthew Walker en su libro Why We Sleep: “No importa en qué circunstancia inmunológica te encuentres, ya sea preparación para recibir una vacuna para ayudar a aumentar la inmunidad, o movilizar una respuesta inmunológica que se adapte para derrotar un ataque viral – Dormir, y una noche completa es inviolable.

Más allá del sueño, mantenerse hidratado y elegir alimentos saludables como evitar los alimentos procesados ​​es fundamental para estimular nuestro sistema inmunológico. Y como muestra un estudio de Stanford, evitar el azúcar puede ayudarnos a reducir la inflamación crónica, lo que contribuye a las condiciones que nos ponen en mayor riesgo de infecciones virales. Y puede ayudarnos a combatir la obesidad, que se ha relacionado con la gravedad de las infecciones virales.

Finalmente, un gran supresor de nuestro sistema inmune, como dice la Dra. Caroline Sokol, es el estrés. El estrés, por supuesto, tiene efectos contraproducentes en nuestra capacidad de quedarnos dormidos y en nuestro impulso de comer o beber demasiado. Y aquí está la paradoja del coronavirus: todos los días estamos expuestos a un flujo constante de noticias del coronavirus, pero en lugar de aliviar nuestras preocupaciones, la avalancha de información sobre nuevos casos, algunos de ellos cerca de nuestros hogares, cancelaciones de eventos, caídas del mercado de valores, etc., solo nos estresa más, lo que a su vez perjudica nuestro sistema inmunológico. Como dice el psicólogo Neil Fiore, “llamar la respuesta al estrés para enfrentar los peligros que no están sucediendo ahora es similar a activar una alarma de incendio por un incendio que podría ocurrir el próximo año. Sería injusto para el departamento de bomberos y un mal uso de su tiempo y energía para pedirle a los bomberos que respondan a tal alarma, así como es injusto exigir que su cuerpo responda continuamente a las amenazas de peligro de eventos que no están sucediendo ahora”.

Por eso es tan esencial desarrollar prácticas y hábitos mentales que nos protejan del estrés y la ansiedad. Centrarse en lo que estamos agradecidos y evitar fantasías negativas basadas en el miedo en lugar de los datos es tan importante para nuestra mente como el sueño y las opciones de alimentos saludables son para nuestro cuerpo.

Y, como tanta ciencia reciente ha confirmado, nosotros tenemos más control del que creemos cuando se trata de desarrollar hábitos saludables y resiliencia. Entonces, cuando gran parte de la crisis del coronavirus está fuera de nuestro control, no solo es esencial, sino también empoderador, concentrarse en lo que podemos controlar, que, es más, mucho más, que lavarnos las manos.

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Author(s)

  • Arianna Huffington

    Founder & CEO of Thrive Global

    Arianna Huffington is the founder and CEO of Thrive Global, the founder of The Huffington Post, and the author of 15 books, including Thrive and The Sleep Revolution. In 2016, she launched Thrive Global, a leading behavior change tech company with the mission of changing the way we work and live by ending the collective delusion that burnout is the price we must pay for success.

    She has been named to Time Magazine's list of the world’s 100 most influential people and the Forbes Most Powerful Women list. Originally from Greece, she moved to England when she was 16 and graduated from Cambridge University with an M.A. in economics. At 21, she became president of the famed debating society, the Cambridge Union.

    She serves on numerous boards, including Onex, The B Team, JUST Capital, and Gloat.

    Her last two books, Thrive: The Third Metric to Redefining Success and Creating a Life of Well-Being, Wisdom, and Wonder and The Sleep Revolution: Transforming Your Life, One Night At A Time, both became instant international bestsellers. Most recently, she wrote the foreword to Thrive Global's first book Your Time to Thrive: End Burnout, Increase Well-being, and Unlock Your Full Potential with the New Science of Microsteps.